viernes, 9 de febrero de 2007

PRODUCTORES DE OLVIDO...



Le eran horas a este cuadernito virtual de entrar de lleno en algún tema cultural, en alguna rreflexión de masas, en algún asunto sórdido a los que cerramos normalmente los ojos los ojos. No voy a soltar ahora un rollo macarrónico ni sobre el mercado, ni sobre el oportunismo de la globalización, ni sobre oriente medio..., aunque esos temas me tienten...eso si, esto va a sonar un poco a la canción de cuna de Manu Chao que me pongo cuando no puedo dormir( Minha Galera)...así que aquellos que no entiendan que "se hace camino al andar", por favor, que no continúen leyendo, puede no ser de vuestro interés, y no quiero aguar la fiesta. Pero es que hoy me encuentro un poco triste y necesito escribir para canalizarlo. Nada más.

Me pregunto si existirá algún lugar en el que las personas, los..seres humanos no nos comportemos como meras máquinas autómatas. Como productores de olvido de los sueños mas dulces que hemos producido. Cuales son nuestras fuentes de mal moral?, ¿Se nos puede disculpar?
A ver...reflexionando...no se puede disculpar a quien está continuamente juzgando desde la posición de espectador; y no actúa, no se equivoca; pero tampoco perdona. Pero puede que si se pueda disculpar a quien actúa se equivoca, y luego asiente y procura un cambio de actitud, no?
Me explico, si alguien hace algo terrible y..es capaz de analizarlo, de razonarlo, e incluso, de perdonarse a sí mismo..pienso, que posiblemente merezca más comprensión.
No me malinterpreteis, no pienso ni que Bush, ni que Blair, ni que Aznar, ni que Sadam, ni que Fidel merezcan el perdón de nadie, (porque estos para empezar niegan la diversidad y la asesinan de raíz). A los políticos les importa un pepino..y luego para icubrirse dicen que "matan por error", es así como nos convierten en productores de olvido, en cerebros muertos, en cuerpos ansiosos y sin paradero, en huesos deprimidos con amplias sonrrisas simuladas. Así somos, una especie peculiar. Quizás todos nos sintamos un poco iraquíes..en los tiempos que corren.
Pero nosotros, la gente de a pié merecemos la oportunidad de disculparnos, de sabernos equivocados y de tirar palante.
El peligro es caer en el eufemismo, ir contra la diversidad, contra quienes viven a la sombra porque el protocolo social nos les parece ni por asombro ético. Y yo me incluyo en este pensamiento, aunque no lo haya creado, ni mucho menos,hablo de lo que veo y de lo que escucho.

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